Tarta de queso y limón sin horno

¿ No os ha pasado que tenéis una comida familiar en verano o que os apetece mogollón tomar algo dulce pero fresquito y que no empalague? Pues os traigo la solución perfecta: Una tarta de queso sin horno ni complicaciones, con un sabor suave pero a la vez refrescante a limón, un textura esponjosa casi como la de una mousse y una capita fina de chocolate blanco en la superficie que nos dará ese contraste de sabores perfecto.



Es tan sencilla de hacer que no os dará pereza para nada porque en una tardecita de calor y aplatane total la tendréis lista y ya os digo yo que repetiréis mas de una vez ¡ Yo en este verano ya he hecho 3! y las que me quedan...



Lamento que en pocas ocasiones pueda hacer fotos decentes del corte de las tartas pero me resulta casi imposible porque la mayoría son para regalar o llevar a los amigos o familia ya que una tarta solo para nosotros dos es mucho. Me da mucha pena porque hay tartas en las que el corte es una pasada. Espero para futuras recetas poder dejaros una fotito. De momento os dejo con esta riquísima receta.

"Tarta de queso y limón sin horno"

Ingredietes: Para un molde de 18 a 20 cm de diámetro

Para la base de galleta:

• 150 g de galletas tipo maría o digestive
• 50 g de mantequilla

Para la tarta de queso:

• 250 g de queso crema tipo philadelphia
• 200 ml de nata para montar
• 250g de leche condensada
• 100 ml de zumo de limón
• 60 ml de agua fría
• 1 cucharada de gelatina neutra en polvo
• 1 cucharadita de extracto de vainilla

Para la capa superior:

• 150 g de chocolate blanco para postres
• 90 ml de nata para montar
• virutas de chocolate o ralladura de limón para decorar

Comenzamos preparando la base de galleta de la tarta triturando las galletas y derritiendo la mantequilla en el microondas. Lo ponemos en un bol y mezclamos hasta que quede con una consistencia arenosa pero que al apretar un poco se compacte. Lo pasamos al molde repartiendo bien la mezcla por toda la base apretando y dejando compacta la galleta. Reservamos en la nevera mientras preparamos en relleno.

En el recipiente donde tenemos el agua fría añadimos la gelatina en polvo, mezclamos un poquito y reservamos 10 minutos para que se hidrate la gelatina ( quedará con una consistencia como de esponja).

En un bol amplio batimos el queso crema un poco con una batidora de varillas, añadimos la leche condensada y seguimos batiendo. Añadimos la nata bien fría y seguimos batiendo una par de minutos mas hasta que la mezcla parezca medio montada.

Calentamos el zumo de limón un poco menos de un minuto en el microondas y le añadimos la gelatina ya hidratada mezclando bien hasta que esta se disuelva por completo, añadimos la vainilla y dejamos entibiar un poco para no añadirlo caliente a la mezcla porque se nos estropearía. Podemos meterlo unos 5 minutos al congelador y listo.

Añadimos la mezcla del zumo de limón a la del queso poco a poco mientras batimos y continuamos batiendo un par de minutos mas ( no hay que pasarse porque se nos podría cortar la nata).

Pasamos el relleno al molde que teníamos en la nevera con la base de galleta sin llegar hasta arriba del todo ya que tendremos que ponerle después la capa superior. Movemos un poquito el molde para que el relleno se reparta bien y guardamos una hora en la nevera.

Para la capa superior calentamos la nata un minuto en el microondas y le añadimos el chocolate blanco troceado, dejamos reposar un minuto y mezclamos bien hasta que no queden grumos. Dejamos entibiar un poquito y lo repartimos por toda la parte superior de nuestra tarta. Tapamos con film transparente sin que toque la superficie de la tarta y reservamos en la nevera al menos 4 horas antes de desmoldar aunque yo os aconsejaría dejarla toda la noche si podéis.

Decoramos al gusto, desmoldamos y a disfrutarla.
Otra opción es meterla en el congelador una horita para tomarla aun mas fresquita, ya que nos queda una tarta medio helada y también está riquísima.

Cuidaros y besoteeesss.