Galletas de Canela

Últimamente me ha dado por comer, oler y cocinar todo lo que tenga que ver con la canela.
Solo con recordar el olor que desprendía el horno mientras se hacían estas galletas y del sabor que te dejan en la boca durante un buen rato después de comerlas, me dan ganas de pegar un salto y liarme a hacer otra tanda.





Son súper sencillas de hacer y perfectas para cualquier momento del día, sobre todo para acompañar con un café a media tarde, las veo ideales.
El problema es que el sabor tan duradero que dejan en el paladar hacen que puedan convertirse en adictivas (al menos este ha sido mi caso).





Éstas fueron un detalle para mi madre en su día. Sabía que le encantarían ya que me recuerdan muchísimo por el sabor y la textura a las famosas galletas Napolitanas que la gustan mucho, pero claro está, que estas que son caseras son mucho mejores ¡Dónde va a parar!

Galletas de canela

Ingredientes: (para unas 35 galletas aproximadamente)

Para la masa:

• 100g de azúcar

• 100g de mantequilla a temperatura ambiente

• 1 huevo

•  2 cucharaditas y media de canela en polvo

• 250 g de harina

• 1 cucharadita de levadura en polvo tipo royal

Para la decoración:

•  5 cucharadas de azúcar

• 2 cucharaditas de canela en polvo

Comenzamos precalentando el horno a 180º con calor arriba y abajo.
Batimos el azúcar con la mantequilla.
Añadimos el huevo y la canela y continuamos batiendo.
Por último incorporamos la harina y la levadura tamizadas.
Cuando veamos que queda una masa lisa dejamos de batir, hacemos una bola con la masa, la envolvemos en un film transparente y la dejamos enfriar en la nevera durante una media hora.
Estiramos la masa con un rodillo entre dos papeles de hornear para evitar que se nos pegue y quede bien lisita hasta obtener unos 5 mm de grosor.
Volvemos a meter en la nevera unos 15 minutos.
Cortamos nuestras galletas con un cortador redondo.
Mezclamos las 5 cucharadas de azúcar con las 2 cucharaditas de canela en un plato y rebozamos cada galleta antes de ponerlas en la bandeja de horno.
Horneamos unos 10 ó 12 minutos o hasta que los bordes se doren.
Dejamos enfriar en una rejilla y a comeerrr.